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La quema del Parque Asturias 🏟️🔥


Parque Asturias

Sucedió el domingo 26 de marzo de 1939. Se enfrentaban el Asturias y el Campeonísimo Necaxa, que luchaban palmo a palmo por la consecución del trofeo de la Temporada 1938-1939 de la entonces Liga Mayor. Si Necaxa no ganaba no alcanzaría al Asturias y prácticamente quedaría marginado del título. 

El Parque Asturias

Se encontraba en el número 43 de la Calzada del Chabacano (Cuauhtémoc, Ciudad de México) en donde actualmente se erige una sucursal de la Comercial Mexicana en la colonia Asturias.

Así luce el terreno donde alguna vez fue levantado el mítico Parque Asturias.

El recinto estaba adelantado a su época. Tenía capacidad para más de 25,000 adicionados (una cifra colosal para entonces). El complejo deportivo contaba con espacios para la práctica de tenis, frontón, básquetbol, natación, clavados y tenis, entre otros deportes. Fue inaugurado el 1° de marzo de 1936 en un duelo que el 🇲🇽 Asturias ganó por 4-2 al 🇧🇷 Botafogo.

Diario de la época anunciando la inauguración del Parque Asturias, domingo 1 de marzo de 1936.

Inauguración del Parque Asturias, domingo 1 de marzo de 1936 (Foto: historiafutmex.blogspot.com)

El Universal, lunes 2 de marzo de 1936.


El día del incendio



🇲🇽 Horacio Casarín (1918-2005)

En el Necaxa militaba Horacio Casarín, el mejor jugador del futbol mexicano en aquel entonces, a quien los albiazules se encargaron de fundir. Sin embargo, el mismo Horacio Casarín comentó que no creía que hubiera la premeditación de lastimarlo para hacerlo salir del campo.

Nunca he creído que haya habido consigna en lo que me pasó. Es cierto que los asturianos, como dije antes, tenían fama de golpear, pero nunca he creído que un futbolista salga a la cancha a descontar a propósito a otro compañero de trabajo. Al menos, nunca en un futbolista normal
 Horacio Casarín en "Un Ídolo y sus Tiempos" (Carlos F. Márquez, 1994)

Primero Carlos Laviada cometió un artero foul al "Chamaco", por lo que el ídolo debió salir del campo. A su retorno puso adelante al Necaxa sobre el minuto 15', pero instantes después el "Negro" León hizo a Casarín salir de nuevo lastimado por un fuerte golpe que le propinó en la rodilla derecha.


Recuerdo que  me colaba por la banda izquierda y Carlos Laviada me atizó un taponazo que me hizo ver estrellas. La pasión en las tribunas comenzó a calentarse, cuando la gente vio que salía de la cancha.
Con un masaje me pusieron en condiciones de regresar. Así era entonces, había que aguantar porque no había sustitutos y lo último que se quería era dejar al equipo en desigualdad numérica.
Sí sentí que había entre los asturianos las ganas de desquitarse de aquel 5-1 del año anterior. Me dolía mucho la pierna derecha, pero, ni modo, había que seguir. Hacía el cuarto de hora anoté un gol; poco después, cuando trataba de controlar un balón de aire, el “Negro” León me pegó un patadón en la rodilla derecha, Allí sí que no pude seguir, porque me dolía la pierna enormidades. Se suspendió el juego, la gente en las tribunas gritaba armando un escándalo infernal
 Horacio Casarín en "Un Ídolo y sus Tiempos" (Carlos F. Márquez, 1994)



En ausencia de Horacio, el Asturias había empatado el juego mediante 🇲🇽 Efraín Ruíz. La consigna de los dirigidos por 🇪🇦 José Ramón Ballina era clara: detener a como diera lugar a Horacio Casarín, y de ser posible, deshacerse de él. Tal misión la cumplieron pasados 20 minutos cuando el defensa 🇨🇷 José Soto propinó una certera y criminal patada a la rodilla izquierda del ídolo que tuvo que salir definitivamente por lesión, por lo cual la afición rojiblanca se enfureció aún más de lo que ya estaba.

Tardé en recuperarme porque realmente ese fue el golpe decisivo. Pero volví a la cancha, sobre todo porque Efraín Ruiz había anotado, empatando a un gol el partido. Tal vez no debí haber regresado, pero en esos tiempos no había el conocimiento que hoy se tiene por parte de médicos y especialistas de cancha sobre las lesiones.
Así que poco después, en una jugada dura, Soto me pegó otro taponazo y allí sí me acabé totalmente. Ya no resistí más y abandoné la cancha.
 Horacio Casarín en "Un Ídolo y sus Tiempos" (Carlos F. Márquez, 1994)

Después de todo esto el duelo se convirtió en una orgía de sangre: 🇲🇽 Marcial Ortíz cometía un claro penal a Efraín Ruíz, los defensas fauleaban a destajo a los delanteros rivales, en el mediocampo había tacles por doquier, en las tribunas los aficionados proferían insultos a la hinchada contraria, volaban objetos al campo, había desmanes en la tribuna de sol; y todo esto ante los ojos del árbitro 🇲🇽 Fernando Marcos, que permitió que imperara el antifutbol en el campo, y ante la policía que nada hizo por detener a los fanáticos desmedidos en el graderío. Necaxa llevaba la ventaja hasta que el referee señaló penal para el Asturias, que terminó en gol.

Para entonces, Baldomero Arce había puesto arriba al Necaxa 2-1 y Pauler me dijo, “Calmado, chamaco, calmado. Ve a vestidores que vamos ganando”.
Pero en los vestidores me solté llorando. Más todavía porque al rato empataron los asturianos, nuestras esperanzas se esfumaban. La gente estaba frenética en las tribunas y comenzaron las fogatas de protesta. Los tablones de madera del “Parque Asturias” fueron consumidos por el fuego -los insultos volaban por todas partes- y la gente comenzó a abandonar el “Parque Asturias”, mientras el incendio lo devoraba todo”.
 Horacio Casarín en "Un Ídolo y sus Tiempos" (Carlos F. Márquez, 1994)


Fue entonces que el público se transformó en una turba furiosa e hizo arder en llamas el Coloso de la Calzada del Chabacano. Todo comenzó con una fogata hecha con papeles, y de ahí sucedió el fuerte incendio que los bomberos no pudieron detener, ya que sus pipas no tenían agua. Quedó en la memoria de quienes presenciaron el carnicero duelo el impresionante recuerdo del reloj incendiándose mientras señalaba el marcador final empatado a 2, que hacía del Asturias prácticamente campeón.

El Arbitraje


🇲🇽 Fernando Marcos (1913-2000)

Fernando Marcos González, el "todólogo" del futbol nacional, fue quien impartió justicia el día de la quema del Parque Asturias. Fue precisamente su actuación y sus fallos los que hicieron enardecer al público necaxista que incendió el estadio. Al respecto, Marcos aseguró que el incendio tenía qué ver más con asuntos políticos.

“Ya en los vestidores, y con las naturales alegatas que siguen a todos partidos, alguien vino a decirnos: “¡Se está quemando el Parque!”

Yo, lo confieso, no le di mayor crédito al asunto. Pero al abrir la regadera para ducharme, no salió ni una gota de agua: Alguien había cortado las tuberías. Me vestí, salí y mezclado entre la multitud que me conocía, vimos el lamentable espectáculo.


Un sector de la prensa, siempre sensacionalista, amafiada en ocasiones, desconocedora del oficio con demasiada frecuencia y malévola otras veces, hizo amarillismo y atribuyó a la lesión de Casarín el incendio del Parque Asturias.

No hay nada de esto. Tal siniestro se debió a la riada de republicanos que arribaron a México, después de tres años crueles, y que sentía un rencor muy hondo contra la colonia Española, de filiación predominantemente franquista.

Ningún aficionado lleva tambos de gasolina a un partido de fútbol; ningún aficionado corta con segueta la tubería del agua. Ese incendio implicó un acto de sabotaje político, que se iba a repetir, por cierto, un par de años más tarde, hasta obligar al Club Asturias a vender su estadio”.



Fernando Marcos en "Mi Amante el Futbol" (Fernando Marcos, 1980).

Consecuencias


Después del encuentro el campeonato se suspendió por dos semanas. El Necaxa se desmoronó después del fatídico empate ante el Asturias: perdió 2-3 contra el Euzkadi, 0-6 con el América y 4-2 con el Real España; mientras que los albiazules de La Casona vinieron a menos venciendo al Marte 4-2, empatando con Euzkadi 3-3 y perdiendo 4-0 con Atlante. El empate ante los "Vascos" sirvió para proclamarse campeones. Está por demás mencionar que debieron jugar sus partidos en cancha ajena hasta que reinauguraron su campo, ahora de concreto, el 28 de enero de 1940.



Pero el principal efecto de este vergonzoso episodio fue el fin de los estadios de madera.

Redacción: 🇲🇽 Juan Nazareth Rodríguez (Pelota Azteca)

Fuentes: historiafutmex.blogspot.com, Mi Amante El Futbol (Fernando Marcos, 1980), Un Ídolo y sus Tiempos (Carlos F. Márquez, 1994), Mediotiempo, El Universal, internet.

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