El descenso del Veracruz en 2019 rompió varias marcas negativas. Ese Veracruz es, sin duda, el peor equipo en la historia del futbol mexicano. |
No cabe duda: perder la categoría es lo más bajo y humillante que le puede pasar a un equipo de fútbol. El descenso es por sí sólo una tragedia, tanto deportiva como económica; por una parte el orgullo y por otra la cartera, pues un equipo puede perder hasta el 75% de su valor al caer a una división inferior. Y si bien el primer intento de implementar la movilidad interdivisional en el futbol mexicano ocurrió en 1933 con la creación de los llamados Grupos A y B por parte de la Liga Mayor, no fue hasta 1950 cuando se instauró de forma regular después de algunos años de pulir el proyecto de la Segunda División.
El descenso tiene el drama que ni la mejor novela puede tener. Cuando el jugador o el aficionado son sabedores de que su equipo está por caer a una liga más baja sienten una angustiosa y terrible agonía que sólo es aliviada con el final del partido. Los minutos finales son los peores cuando está en juego la permanencia, pues mientras al equipo que está por bajar se le hacen un suspiro, al que está por salvarse le parecen una eternidad, y cuando por fin suena el silbatazo final comienzan las lágrimas y los abrazos, que mientras de un lado son de felicidad y algarabía por el otro son de desconsuelo y tristeza. Los mariachis cantan Las Golondrinas para los condenados y los que se han salvado deben comenzar a planear el siguiente ciclo futbolístico para tratar de evitar que ese drama se repita. Para unos hay fiesta, para otros hay funeral. Descensos temerarios, de muchísimo drama, algunos incluso trágicos; salvaciones épicas como las de Morelia o el San Luis, el descenso tenía de todo.
Perder la categoría puede ser un golpe tan duro que puede significar la desaparición de un equipo. Así, el descenso le costó la existencia a equipos como Jaguares, Marte o Colibrís. Unos permanecieron algunas temporadas en la división de ascenso y terminaron por disolverse ante el paulatino desinterés de su afición, mientras que en el caso de Jaguares la desaparición vino sin tener qué tocar la segunda categoría.
Hay equipos que al bajar se convierten en equipos "elevadores", pues su andar por el futbol es un vaivén entre categorías, suben y bajan y esas son sus aspiraciones. Esos son los casos del Veracruz y el Zacatepec. Pero nadie habla de los equipos que sufrieron la tragedia de alejarse hasta dos categorías de la primera, como les pasó a los Jabatos y al Zamora, que tiempo después de descender a segunda se hundieron en la tercera.
En la Temporada 1932-1933 se instauró por primera vez el descenso, pero no se efectuó luego de que el Asturias venciera por un contundente 9-3 al Leones de Obras Públicas en el duelo de promoción y así asegurara su permanencia en la Serie A. Al finalizar el torneo ambas categorías volvieron a unificarse, así que hasta la Temporada 1950-1951 se volvió a instaurar este emocionante sistema de competencia en México. Está vez el último lugar se iría sin jugar ningún partido de promoción, y así el San Sebastián fue el primer equipo en la historia del futbol mexicano al que le tocó bajar al infierno de la rama de ascenso, del cual no volvió jamás.
Para 1968 se instauraron las liguillas por el descenso, cuyas series podían ser incluso más emocionantes que las series por el título, aunque la condición para que se disputaran era que entre los equipos involucrados no hubiera más de 4 puntos de diferencia. En 1985 el Zacatepec bajó por culpa del Necaxa, que los derrotó por 1-0 en el mismísimo Estadio Coruco Díaz, y como la afición cañera se había hartado de que su equipo subiera y bajara a la Segunda División tomó la salvaje decisión de destrozar el estadio y amenazar a los jugadores con machetes. Fue así como terminaron las liguillas del descenso.
Para 1992 se puso en marcha el extraño y benévolo sistema del cociente, en el cual se promedian los puntos obtenidos por partido en los últimos 3 años, y el equipo con peor promedio es el que baja, de modo que hacer una excelente campaña a cambio de otras 5 malas puede salvar a un equipo de la quema. Y finalmente en 2020 los directivos de la Liga MX tomaron la absurda decisión de eliminar el descenso a cambio de obtener cuantiosas cantidades de dinero mediante multas a los peores equipos.
Pero no sólo los equipos chicos sufren el descenso, hay equipos históricos y con una tremenda tradición que también se han tenido qué ir. El Atlante, el Necaxa y el Puebla son algunos de los legendarios del futbol mexicano que en alguna ocasión pasaron por este trago amargo.
El descenso es un mal necesario en el futbol, pues le da sabor y obliga a los equipos a no dormirse en sus laureles y ponerse a competir. Por eso y mucho más el descenso debe volver al futbol de México sí o sí.
En la siguiente entrega la segunda parte de los descensos de la Primera División de México. ¡Abrazo! ⚽
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